Salón virtual de la prof. Esther Lozano: 2012

Cuidado Padre Permisivos (tomado de Vanguardia Liberal. com )Columna del Doctor jorge Eliecer Wilches A diario vemos las consecuencias de la mala crianza. Los padres se han vuelto muy permisivos. Dejan que los muchachos hagan lo que quieran sin poner límites a su desbordado comportamiento. Eso vivo con los hijos de dos hermanos, quienes se han desentendido aduciendo que todo ha pasado dizque por andar trabajando. No existe disculpa en los padres de familia para permitir que sus hijos se salgan de sus manos. Yo crié 4 hijos, dos mujeres y dos varones, todos excelentes personas, profesionales, casados y formados con valores sólidos. Con mi esposa nos sentimos orgullosos de haber inculcado disciplina. ¿Qué piensa usted? ¿Se podrá solucionar el problema de hoy? Respuesta Distinguido señor: Resulta gratificante recibir cartas como la suya donde reafirman el cumplimiento eficaz de la misión más sagrada que Dios colocó sobre sus hombros: Formar integralmente a los hijos. Algunos se han centrado en darles de todo a cambio de nada, es decir, sirviéndoles amorosamente, brindándoles lo que quieren, haciéndoles la vida fácil sin dejar que aprendan de los errores, de las dificultades del camino. Ahí está el problema. Papá y mamá deben tener claro que los chicos desde temprana edad deben vivir valores humanos y sobrenaturales al interior del hogar. Mientras se rijan por normas o parámetros de conducta centrados y justos, finalmente lograrán estructurar un carácter y personalidad sólidos. Conocerán límites para evitar excesos, respetarán su autoridad y responderán a los retos de la vida con eficacia y responsabilidad. Reflexión Papá y mamá se deben comprometer a educar sus hijos desde temprana edad fijando reglas, exigiendo, dejando que aprendan de sus errores, siendo tolerantes, evitando desautorizaciones e incentivándoles a encontrar soluciones a los obstáculos que aparezcan en el transcurso de sus vidas. Cuando ellos interioricen dichas normas sabrán obrar, pensarán antes de actuar y se convertirán en personas seguras de sí mismas, dispuestas a creer, luchar, perseverar, aceptar, corregir o emprender nuevas opciones para enfrentar el porvenir. Su hogar debe ser un lugar luminoso y alegre, donde prime la fe viva, el respeto, la disciplina, el diálogo y el amor. El ejercicio de autoridad participativa dará como resultado niños y jóvenes obedientes que fijarán límites en su comportamiento y sabrán hacia dónde se dirigen. Mantengan una comunicación cercana y amigable buscando conocer en toda su dimensión a los seres que se han convertido en el motivo más importante para luchar y vivir. ¡Manos a la obra!